adj. Que va quedándose ciego.
DRAE
Alimenta mi arenga el culpable de quebrantar en mí mis sentires. Flamea cándido aquel que supo cómo dirimir mis visiones. ¡Irrumpe! ¡Quita! ¡Y vete!, escozor. Si encontraste lo que buscabas, ¡vete! Veme postrado ante ti, veme con lo que me arrebatas, enfrentando desde aquí la incertidumbre que me depara.