Microrrelato
El escritor agarró con furia el lápiz, escudriñó aun en el fondo de sus recuerdos, halló una nueva página en blanco y escribió… una bazofia tras otra. Saciaba así el más grande disgusto que se apoderaba de su cuerpo. Al concluir, ya agotado, apiló todo su trabajo, había dado vida a un monte lleno de basura. Y por fin pudo deslumbrarse con su portentosa creación.
Pablo Alejos Flores
