Recuerda, amigo

Microcuento


—Míralo. Pobrecito. Ahí solía jugar con la vecina Rita. De vez en cuando viene, se sienta, se echa al suelo viendo al lago y, de pronto, duerme.

—¿Cómo se llama?

—Mi nombre es Tam, señora —interrumpió el perro—. No se preocupe ni sienta lástima por mí, este lugar me reconforta, aunque ella aquí ya no vuelva. Sepa que los recuerdos son alegría, no tristeza.

Pablo Alejos Flores

Creative Commons License

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Crea un sitio web o blog en WordPress.com

A %d blogueros les gusta esto: